diumenge, 5 de juny del 2011

Ni guerra contra Iran, ni Tercera Guerra Mundial (castellano)


1. Text en català.
2. Texto en castellano.

(Texto en castellano).


Una vez establecidos desde este blog los enlaces a los sitios web y los blogs de las asociaciones y entidades amigas, podéis consultar sus agendas dentro de sus respectivos recursos de Internet. Esto aliviará a partir de ahora las entradas de este blog.

Dedicamos esta nueva entrada a la reivindicación de una salida pacífica a la presente crisis que, a la vez, nos permita disponer de la libertad suficiente para crear, visitar y difundir informaciones como las que, por ejemplo, se mencionan en este blog y los recursos que hemos enlazado. Recordemos que hay estados del mundo donde la censura impide crear, visitar y difundir blogs como éste en sus respectivos idiomas.

La Humanidad, con todas sus naciones, tiene bastantes buenos recursos materiales, energéticos, técnicos y científicos, además de soluciones organizativas eficaces, para mantener todos sus miembros y tender hacia su autoequilibrio, sin provocar su autodestrucción, ni la destrucción de la Naturaleza de la que dependemos. La libertad relativa de la que una parte de los humanos hemos disfrutado nos ha permitido formular y difundir algunas de estas soluciones, y esta libertad y actitud de superación la debemos mantener.

Recordando que una versión oficialmente establecida no equivale a un dogma incuestionable, quien quisiera forzar una nueva salida bélica a la crisis podría emplear unas grandes dosis de manipulación mediática, por lo que también os ofrecemos un oportuno artículo sobre la manipulación mediática en la reciente crisis del pepino.
B.


1. Videos para una salida pacífica a la crisis.

¡Marchando una de vídeos!

Se impone la necesidad que salgamos de la crisis actual sin cargarnos medio planeta, por lo que nos oponemos a las guerras locales que, desde hace un tiempo, se están extendiendo por los estados árabes y que pueden acabar con una guerra generalizada.

Aquí tenéis un primer vídeo breve (2' 13''), en inglés subtitulado en castellano, donde el general condecorado norteamericano Wesley Clark afirma, en una entrevista en canal de televisión, que su gobierno ya tenía la intención de invadir siete estados árabes en cinco años, el último de ellos Iran.

Como dice él: «Si la única herramienta que tienes es un martillo, todos los problemas se convierten en clavos».




A continuación tenéis un par de vídeos, en castellano con algunos fragmentos en catalán, esta vez de una conferencia del profesor de economía de la Universidad Raimon Llull, Santiago Niño Becerra, impartida el jueves 14 de abril del 2011, que explica detalles de la actual crisis.

En el debate, se formuló una pregunta procedente del público: «Si la crisis del 1929 acabó con una cosa llamada «Segunda Guerra Mundial», la crisis actual, ¿acabará con una cosa similar?».

Él responde:

«No. Actualmente una guerra mundial es una cosa impensable. ¿Porqué? En el momento que usted puede colocar a 3.000 kilómetros de distancia un «pepino» de un megatón con un error de cinco metros, las guerras se han acabado. En Líbia ahora, con una precisión quirúrgica, están disparando Tomahawks a 2.000 kilómetros de distancia, a 1.000 kilómetros de distancia, con una precisión de metros. Las guerras se han acabado».

«Las guerras eran «muy buenas» desde un punto de vista económico. Se ha de tener en cuenta que, en los Estados Unidos, el PIB entre 1939 y 1943 subió como un cohete, se disparó. En Europa no, evidentmente, porque estaba siendo atacada, ¿no?. Las guerras son «muy rentables», primero porque se ha de construir armamento y se ha de reconstruir después, con una atmósfera de cero control del déficit, cero control del gasto y cero control de la inflación, con lo cual esto «va muy bien». «Va muy bien» cuando hay destrucción de verdad y hay mucha destrucción, pero no en Malawi, y se muere mucha gente, pero no en Zimbawe, porque sinó no es rentable. Ha de morir mucha gente en Alemania, Estados Unidos, Francia, España,... y ha de haber muchas destrucciones en Francia, Suecia, Inglaterra,... sinó no es rentable».

«De hecho, se ha calculado. Se ha calculado hoy cual ha de ser la guerra para que pueda «ser rentable». Tendría de haber 500 millones de muertos y destrucciones alrededor de 30 billones de dólares (quizá la cifra se queda corta)».

«Pero, está claro, el armamento que hay ahora es muy sofisticado. ¿Habéis oído hablar de las bombas de neutrones? Matan mucha gente, pero tampoco destruyen nada, con lo que tampoco funciona, ¿no?. Además, una guerra consume recursos y ya tenemos un problema de recursos. Además hay otro problema: Usted dijo, y tiene razón, que la Gran Depresión se terminó con la Segunda Guerra Mundial. Lo que pasa que entonces había una vertiente ideológica muy fuerte. Actualmente la ideología ha desaparecido, no hay ideología, ni en un sitio, ni en otro. Que haya un problema focalizado allí o allá, en Líbia o en otro sitio sí, pero esto es muy concreto».

(Esperemos que esta afirmación optimista no la estropeen las nuevas armas que algunos diferentes estados han ido investigando todos estos años, como por ejemplo, las antenas HAARP, en el contexto de los escudos antimisiles, y no hagan pensar a estos mismos estados que ahora sí que es posible y rentable una guerra generalizada).

«El crash del 2010. Estado de la cuestión».
Barcelona 14-04-2011.

Santiago Niño Becerra en «Plural-21» (1/2 conferencia).

http://blip.tv/file/5125968
(Curiosamente, en el momento de informaros de este enlace, la primera parte correspondiente a la conferencia estaba deshabilitada en Blip TV).




Santiago Niño Becerra en «Plural-21» (2/2 debate) (59' 18'').






Enlace desde donde ver la presentación de «Power Point», en castellano, que mostró el citado profesor en el curso de su explicación:






Aquí tenéis otro video (9' 40''), con voz en catalán, con algunos fragmentos de voz en castellano y subtítulos en castellano, de un discurso del profesor de economia Arcadi Oliveres en la acampada de la Plaza Catalunya de Barcelona, sobre qué medidas se habrían de tomar para salir de la crisis:






2. Crisis, Chalaux i la moneda telemática.

Crisis, Chalaux y la moneda telemática.
Lluís Busquets Grabulosa.
Noviembre de 2008.

La decisión de Bush de inyectar dinero público para superar la crisis financiera, antes de que se la aprobaran las Cámaras, produjo el viernes 19-IX un alza bursátil inesperada todo el mundo. Y, sin embargo, expertos como Rodrigo Rato (ex-director del FMI) comparaba la actual crisis con el crack de 1929, y George Soros, que ha escrito en un libro que se hizo millonario fraudulentamente porque la economía liberal le lo permitía (bloqueó la libra esterlina), decía que la posibilidad del crack seguiría existiendo porque con la pretendida autorregulación liberal no vamos a ninguna parte. Tenían razón: el crack bursátil del pasado día 10-X hará historia. Los ciudadanos de a pie no tenemos respuestas a nuestras preguntas. (Desde cuando una economía liberal se ha de intervenir con dinero público? John Lipsy, actual segundo del FMI, venía a decir que la contradicción es gravísima, pero si no se hiciera, llegaríamos al Catacrac: la crisis financiera «tendría consecuencias devastadoras», declaró textualmente). ¿Y de dónde salen estos montones de dinero?.

Se ha hablado de 700.000 millones de dólares o euros, pero son muchos más. El coste de la intervención de las autoridades es éste: 620.000 millones de euros para adquirir hipotecas tóxicas y fiar a los bancos para garanticen la viabilidad; 273.600 millones de inyección de los bancos centrales para dar liquidez al mercado; 140.000 millones para rescatar las sociedades hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac; 60.000 de financiación a las filiales de Lehman Brothers a cargo del Tesoro de EEUU, 58.700 millones para nacionalizar la aseguradora AIG; 20.000 millones de préstamo a JP Morgan para comprar Bear Sterns; 2.700 millones de garantías para reparar casas abandonadas al ser embargadas por impago de hipotecas. Total, si sumamos, un billón ciento setenta y cinco mil millones. Sin contar los 1,7 billones de rescate de los bancos europeos de la semana pasada. Y seguimos haciéndonos preguntas. Dado que el dinero de un estado son los de sus ciudadanos, ¿ahora los Estados deberán financiar todas las empresas mal gestionadas? Suponiendo que la mia esté bien gestionada, ¿por qué no he de participar del pastel?

En definitiva: nuestros ahorros, si pasan de los 100.000 euros, según la garantía del insolvente Solbes, ¿son, pues, directamente, por malgestionar? ¿Se trata de socializar pérdidas y privatizar ganancias?

Más allá de la ironía, hay que saber que esto ocurre porque el mundo se ha dotado de una moneda anónima y opaca y ni los expertos más expertos pueden calcular de ninguna manera lo que puede ocurrir. No hay ninguna mercometría posible (datos fiables de los mercados financieros). Los Estados como el español tratan de flotar en el tsunami como pueden (¡los americanos todavía se ríen de las declaraciones de ZP diciendo que nuestra economía era la más fuerte de Europa!). Cuando se pidió por radio al presidente de la Bolsa de Barcelona, Joan Hortalà, el pasado día 21-IX, qué nota pondría al Rodríguez Zapatero, fue muy sutil: «No se le puede poner ninguna nota porque no se ha presentado a examen».

Todo esto viene a cuento porque el pasado día 17-IX, en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona, llena hasta el borde, el «Centro de Estudios Joan Bardina» presentó el vídeo La moneda telemática a partir de los estudios de Agustí Chalaux de Subirà (1911-2006). El público asistente fue obsequiado con un DVD y el debate de la mesa con economistas como Arcadi Oliveres y Martí Olivella fue más que interesante. Chalaux aprendió del banquero Horace Finaly (presidente de BNP-París Bas) las curvas de la moneda en la primera guerra europea (las existencias de oro sólo habrían permitido cubrir los gastos de la guerra durante los tres primeros meses y, por tanto, abandonó la convertibilidad en oro de los respectivos papeles-moneda) y se pasó media vida estudiando un revulsivo. Finaly se burlaba de sus estudios de Ciencias Económicas en París y más bien le indicó una carrera científica. Chalaux estudió entonces en la Escuela de Química de Mulhose y quiso aplicar el método científico, preciso y riguroso, a los fenómenos sociales y científicos con la misma exigencia.

Un amigo suyo, el libertario Abad de Santillan, le confesó en plena guerra (in)civil española que la izquierda había perdido la guerra y la revolución porque no habían sabido dominar la moneda y la banca como instrumentos al servicio del pueblo.

Cuando volvió a Barcelona (1945), y aún más cuando dejó el trabajo de químico (1968), quiso debatir y enseñar lo que había aprendido. Encontró muchos compañeros de viaje, entre los que, Lluís Maria Xirinacs, que ya no le dejó sus pasos y insertó en sus estudios de globalística las ideas de moneda responsable de Chalaux. (Poca gente sabe que, antes de morir, Xirinacs presentó en el Foro Social Mundial de Nairobi en Kenia una ponencia en vídeo donde resumía la posible utilización de la tecnología actual para la implantación de la moneda telemática universal que facilitara la paz en el mundo.

(Lo pueden ver en vídeo en castellano en:


Moneda telematica ES (conf. Ll. M. Xirinacs) from Bardina on Vimeo.



Los promotores de la moneda telemática querrían suprimir el papel moneda que todos llevamos en la cartera, porque es anónima e irresponsable.

Tanto podemos pagar un kilo de naranjas como el asesinato de alguien. Nadie puede saber qué hacemos con nuestro dinero. Podemos especular, apilar montones de dinero negro, convertirnos en mafiosos, comprar terrenos con escrituras a la baja, pagar trabajo infantil, droga o prostitución. También llevamos moneda nominativa: las tarjetas de crédito. Las tarjetas nos fichan, dejan trazas e indicios de todas las operaciones que hacemos. La moneda telemática es ésta. Por eso se le llama responsable y transparente. Los que no nos hemos de esconder de nada, no le tenemos ningún miedo, los que deben ocultar ciertos pagos, sí. Cuando se habló de que la faja antifalsificación del nuevo euro fuera magnética para registrar la operación que se hacía, hubo quien puso el grito en el cielo con la excusa de no querer poner los ciudadanos bajo control. Ahora ya lo estamos. Pero no bajo el control neutro de un ente administrativo –el cual podría contabilizar operaciones y obtener, con datos on line, la mercometría de que hoy no disponemos–, sino de cajas de ahorros y bancos.

Con método y unas medidas cabales de los mercados financieros, no sólo se podría dosificar el caudal de dinero en el mercado más allá de inflaciones y stagflaciones (cf. el libro que Chalaux escribió con el economista Magdalena Grau: Ensayo sobre moneda, mercado y sociedad, Barcelona (http://www.bardina.org/ammsesin.htm): Centro de Estudios Joan Bardina, 2000, 3ª edición), sino conseguir la denominada «renta básica» o «salario mínimo social» para todos los ciudadanos. Y no de la plusvalía del trabajo, sino de la plusvalía del dinero, que ahora se nos esconde injustamente, aunque permitió inyecciones de un billón de euros como hemos explicado al principio.

Afortunadamente, estos días, salen escritos de economistas alternativos posicionándose más allá de lo que ha hecho hasta ahora. Tapar agujeros es volver donde estábamos. Entenderlo es del todo revolucionario. Y no lo entienden los actuales presidentes de Cajas ni de bolsas. Chalaux, en sus escritos, incluso distribuye la sociedad en ámbitos diversos con todas las necesidades cubiertas.

Como dijo el profesor Oliveras, te posiciones a favor o en contra de la moneda telemática, al menos permitiría detener la corrupción, la especulación y el fraude. Y más si pensamos que el propio Ministerio de Economía evalúa el fraude fiscal en 86.000 millones de euros. Piensen que Catalunya sólo pide de 3.500 a 4.000 millones para la nueva financiación, ¡mientras Solbes sólo nos quiere soltar 1.794!.

3. El pepino asesino.

El pepino asesino.

Una vez más los medios golpean. Ahora casi desmienten lo que antes casi dicen, como siempre, sin afirmar pero dando a entender: el pepino lleva un microbio que mata. Con eso se va a quedar el público y cundirá el pánico: misión cumplida. Los engranajes de la propaganda han funcionado a la perfección. Y digo propaganda refiriéndome sin pudor a la técnica de control social creada por Goebbels durante el nazismo, basada en los 11 principios que siguen a continuación:

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan».

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

Encuentro interesante darles un repasillo ante cualquier noticia y ver cuales de ellos se están aplicando. De hecho suelen ser todos, aunque unos más que otros. En este caso me parece que el 4 y, sobretodo el 7 son los que más. Pero animo a cada cual a sacar sus conclusiones.

El 7 es el más socorrido: se trata de distraer; de que no se hable mucho tiempo de la misma cosa. Que no se hable más de los indignados, ni de Fukushima, ni del mundo árabe, ni de... no sé, porque con eso del pepino me he quedado bien distraída. Nada distrae tanto como una epidemia o un atentado con bomba, o sea, un «pepino», en términos vulgares.

Ya me imagino a los propagandistas de turno reunidos hablando algo así como:

  • ¿Qué les ponemos, una epidemia o un «pepino»?
  • Pues... las dos cosas a la vez: ¡la epidemia del pepino!
  • ¡Bravo! ¡Eres un genio!

¡Y ya lo tenemos! En cuanto a los hechos, pues nada nuevo bajo el sol: En esta sociedad enferma cada día mueren muchas personas de diarreas y otros transtornos, debidos probablemente a efectos secundarios de medicamentos, que son la cuarta causa de muerte, o a otras intoxicaciones sin inventariar. De manera que de muertos nunca faltan.

¡De microbios, pues tampoco, porque resulta además que todos tenemos, y menos mal!, E.coli en nuestro organismo, así como otros miles de bacterias con las que vivimos en simbiosis. Cierto es que cuando nuestro intestino se desequilibra su flora se altera y E.coli gana protagonismo. O sea: en nuestro intestino debemos tener muchos lactobacilos y pocos E.coli y cuando andamos mal eso se invierte. El desequilibrio bacteriano es la consecuencia y no la causa de la enfermedad, y no al revés, por sorprendente que parezca.

Sorprendente porque se nos ha repetido hasta la saciedad (principio nº 6) que los microbios son la causa de las enfermedades (principio nº 1, o sea: el enemigo externo). Pero no es así: La vigente teoría microbiana resulta ser falsa. Hasta el propio Pasteur terminó reconociendo que «El terreno lo es todo; el microbio no es nada». Pero ya era tarde y a los mandatarios militares les iba mejor pensar en el microbio atacante. Y así siguen, y nos imponen la «salud» a golpe de vacunas y antibióticos igual que le imponen la «democracia» a bombazo limpio al mundo entero.

¡Piensen señores, piensen! Háganse preguntas. Yo me hago la siguiente ¿A quién puede interesar tanta calúmnia? ¿Para qué?

Propongo la siguiente respuesta: Le interesa al enorme y obsoleto sistema sanitario que debe justificar su propia existencia defendiéndonos de microbios atacantes y desviando nuestra atención de las verdaderas causas de enfermedad que son la mala vida que llevamos, la contaminación y, en muchos casos, los propios tratamientos médicos. Interesa que no comamos verduras crudas, que son de gran beneficio para la salud. Me consta que los productos ecológicos están muy mal vistos por ciertos sectores relacionados con la sanidad. Afirman que van cargados de microbios, ¡y eso no puede ser!... Conviene, pues, que nos pasemos a la comida-basura en la que ningún microbio pueda vivir. Al poder no le gusta la vitalidad.

Contra el microbio vamos contra todo y contra todos. Si no es el pepino será otro alimento, o la mano que ya no podremos estrechar por miedo. Frente a la epidemia vamos a temer, desconfiar, destruir, usar y tirar. Vamos a languidecer, enloquecer y enfermar de puro miedo, que es lo peor para la salud. El miedo gusta al poder.

Temo, pues, que tras el pepino asesino la maquinaria propagandística vaya generando otras alarmas parecidas. Propongo que nos armemos de sentido común que, siendo el menos común de los sentidos, es el único que nos va a proteger de tales despropósitos.

Teresa Morera, Naturópata, ex-Farmacéutica.
Manresa, 2 de junio de 2011.


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